CASTIDAD EN EL MATRIMONIO
SOLO CON DIOS PODRÁS
VOLVER AL PARAISO TERRENAL
Gracias Marga, por
permitir al Cielo que pueda utilizarte como instrumento y, poder así, conocer
los bellísimos arcanos que esconden nuestras almas. Copiado del Libro Azul:
“El Triunfo de la
Inmaculada”
Dictados de Jesús a
Marga
...... Yo creé el
alma femenina para ser una ayuda, para ser una unción. Yo la creé para mi
recreo. Para mi Infinito Amor. Yo la creé para Dios.
La creé para que
llevara al hombre al bien. No al mal. Para que pudiera elevarle. No rebajarle.
Para que le diera su amor. No su odio. No su venganza por el mal recibido. La
creé para su alegría y
la Mía. Para su
unión eterna. La suya50 y la Mía.
Veos depositarias
de todos los hombres de la tierra. A vosotras se os están confiados. Veros
depositarias de su santidad.
Entregádmelos.
Volvedlos a Mí. «El eterno femenino es el que impulsa hacia lo alto». Por eso
el alma del hombre se encuentra tan perdida. Porque no hay verdaderas mujeres
en su camino. Mujeres que impulsan al mal. Mujeres que llevan a la destrucción de
su alma y la de los que les rodean.
La Mujer por
excelencia: María.
Miraos en su Corazón de Madre. Yo quiero hacer un llamamiento a todas las mujeres de la tierra. Un llamamiento a que recuperen su vocación: de esposa, de madre. Sin la esposa, la madre, no hay un hombre, un padre.
Miraos en su Corazón de Madre. Yo quiero hacer un llamamiento a todas las mujeres de la tierra. Un llamamiento a que recuperen su vocación: de esposa, de madre. Sin la esposa, la madre, no hay un hombre, un padre.
La madre tiene el
poder de volver el corazón del hombre hacia ella. No así el hombre. Por medio
del hombre, no se volverá el corazón de la esposa hacia él. No tiene el poder.
No lo ha recibido de Mí. Comprended. Aprended a ser esposas, ser madres.
¡Todas! Todas las mujeres sois esposas, sois madres. Aun las que no tenéis
hijos: sois madres. Podéis ser las madres de Dios. Y seréis madres de muchedumbres,
si lleváis la maternidad en vuestro corazón.
Vuestro cuerpo,
llamado a ser el descanso de vuestro marido, a la vez que vuestra alma, es el
que le causa el hastío. Vuestro marido no sabe miraros con ojos limpios, con
ojos de niño. Os habéis dejado pervertir. Habéis claudicado frente a la
Serpiente. No fue él el que os tentó, fue la Serpiente. El no os tentó, no
tenía ese poder para hacerlo.
Vuestra alma se
encontraba al nivel de los ángeles. Vuestra alma, en su creación, fue elevada a
más nivel que la suya. Más similar al del ángel. Con más poder para comprender
lo alto. Con más unión con Su Creador.
¿No notáis vosotras
que vuestra alma está en superioridad a la del hombre a la hora de comprender
las realidades sobrenaturales y estar más cerca de Dios?
No es mérito vuestro.
Es, simplemente: naturaleza.
La mujer había de
ser así, porque ella albergaría la vida y ella sería custodiadora de la vida,
de las nuevas generaciones. A ella le estarían confiadas todas las generaciones
de la tierra.
¡Oh, sublime
misión! ¡Grandiosa! ¿Qué habéis hecho de ella? ¡Cómo arrastráis a los hombres
al mal! ¡Y cómo asesináis, destrozáis la vida de vuestros hijos! ¡Es
antinatural! que una mujer abandone su campo de la familia52. ¡Os habéis
pervertido! ¡Habéis pervertido la humanidad! ¿Por qué hacéis caso a la
Serpiente? Una y otra vez, no es que seáis Eva, sino peores que ella en su
pecado. Y encima no queréis arrepentiros.
El pecado de Eva,
fue menor. ¡Ella no asesinó a sus hijos! Pese a comprender que lo que anidaba
en ella53 era perverso. ¡Cómo el espíritu del hombre clama a gritos por
recuperar la imagen de la mujer! ¡Cómo añora y echa de menos a ella! Ha
desaparecido su compañera. Ha desaparecido la que le recordaba a Dios.
Vosotras, madres
del futuro: Educad a vuestras hijas para que puedan ser las portadoras de la
vida, de la generación futura. La que vivirá en la Nueva Creación. Vosotras,
madres del futuro: desterrad, no oíd, pisotead la voz de la Serpiente. Aplastad
su yugo. El que quiere imponer en vosotras para imponerlo al Resto.
María, Educadora.
Vosotras, madres del futuro: mirad a María. Que Ella os enseñe. Amén.
50 Del hombre. 51
Cfr. Mt 12.48-50; Mc 3,31-35; Lc 8,21. 52 Hijos-marido. 53 Caín.
Quisiera, amada,
que fueras portadora de mi alegría. Es ahora, en estos tiempos, cuando seréis
privados incluso de lo necesario, que se necesitará más que nunca la alegría.
¡Pobre
humanidad! ¿La ves?
Vagan desesperados. Anhelan la Fuente, anhelan el Bien.
Tienen sed del Bien. Tienen sed de Mí. Sed de Amor, que nunca será saciada en
otros amores de la tierra.
Yo, para el hombre
y la mujer, era el Esposo. El Esposo llamado a unirme en nupcias eternas con
ellas . Cómo, al desdeñarme, se busca su insatisfacción eterna. ¡Oh! ¡Estáis
llamados a lo grande! Y no quiero que os conforméis con menos.
No es mi deseo
que prolonguéis una agonía de apariencia de matrimonio, sin tener la valentía
de enfrentaros con la mentira. ¡Buscad la Verdad! en todos los momentos de
vuestra vida.
Hombre y mujer, llamados a una íntima unión entre ellos, llamados
a una profunda unión con su Creador. A semejanza del Amor de Dios por ellos, es
el amor entre los hombres en el matrimonio. No... no busquéis, equivocados,
otras fuentes de placer. El placeros lo dará la
verdad. Una unión homosexual sólo conduce a la derrota y al hastío. No manifiesta
nada de la verdad sobre el hombre y le incapacita para encontrarse conmigo.
Cuando Adán vio a
Eva, exclamó: «Esta sí que es carne de mi carne y hueso de mis huesos! »55 Ella
le recordaba la imagen divina. En ella podía ver a Dios. Era un reflejo de
Dios. Fue su compañera y su sustento. Su alegría. Adán, llamado para amarla,
para hacerla feliz. Y la dicha de Adán consistió en hacer feliz a Eva. Forma
parte de la esencia masculina, los cuidados a su esposa, las atenciones para
hacerla feliz. Es haciéndola feliz y viéndola sonreír, cómo Adán es dichoso.
Por eso, la belleza
de la mujer, su hermosura y su felicidad, es lo que más gusta al hombre. Y que
el causante de esa felicidad sea él. Con sus almas.
Hablemos de la
Creación, que es lo que estamos tratando últimamente. De la Esponsalidad humana
y divina. Te muestro cómo es el amor de un ser humano masculino, por una mujer.
Querida: quiero que
os améis, debéis amaros todos. No temas dar muestras de tu amor. Yo quiero que
aprendáis a amaros con un amor limpio, libre de concupiscencias. Como es mi
Amor por mi Madre.
Yo amo todas sus
virtudes femeninas. Estoy enamorado de ellas, como un Dios.
¿Cómo no? ¿Cómo no
estarlo?
Me fascinan sus Dones y son mi Delicia, mi Consuelo. ¡Porque aman
tanto a Dios!, ¡aman tanto a las criaturas!
Reconoce que en
cada persona humana está el germen de la Vida de Dios. Y que cada persona
humana es algo bueno.
Trataos entre
vosotros sin concupiscencias, con naturalidad. Tened trato masculino y
femenino, pero sin caer en la coquetería o devaneos.
Es mi Voluntad que
el mundo fuera poblado por hombres y mujeres. Y es mi Voluntad que sepáis
trataros.
«La Mujer vestida
de Sol». Esa es mi Madre. Esa fue Eva también. Todos los dones de Eva, la
alumbraban con el Sol. De ella salía la Luz. Eso fue lo que vio Adán cuando la
vio por primera vez. Esa preciosidad de cuerpo y alma, unidos en unidad
armónica y hechos para dar amor a él56. La mujer, apareció ante Adán «vestida
de sol».
(¿Quién ha dicho
que Adán y Eva eran parecidos a los primates? Son de una belleza magnífica. Veo
a Eva guapísima. Es una mujer imponente, rubia, preciosa, sonríe. Está con
Adán, guapísimo también.
Sonríen ambos en su
unión esponsal según Dios, que les llena de felicidad. Se hacen felices el uno
al otro. Ella está en primer plano. Les cubre las plantas del jardín del Edén,
no veo todo su cuerpo, sólo el busto. Eva no tiene nada de concupiscencia de la
sexualidad. Es una persona luminosa. Esto lo he visto en otras ocasiones
también. Ahora veo cómo fue la presentación de Eva a Adán. Y el impacto
producido en él. Eva sonríe en todo momento y es feliz. Adán agradece a Dios
tal regalo).
Cuando pecó, se
nubló de pecado. Nublada de fealdad y oscuridad. Por eso, la mujer, busca
siempre adornarse. Son los adornos que debía tener, pero que le fueron
arrebatados por el pecado. Debía plantearse bella hacia su marido. Para cumplir
su misión. Nublada de oscuridad. Su cuerpo le recordaba al hombre su pecado.
Por eso la delicadeza de la mujer al cubrirlo. Y al cubrirlo la mujer, el
hombre le secundó en hacerlo.
Si hay mujeres
delicadas, hay mujeres dignas en el pudor. Es una delicadeza hacia su marido o hacia
el hombre. En tanto en cuanto la mujer se ve admirada, confía en el hombre y su
corazón se va tras él, para poder entregarse a él. Por eso, muchas mujeres
confunden la admiración que causan en el hombre o que están llamadas a causar,
con la atracción femenina sexual. Se puede confundir.
El hombre también
confunde el deseo sexual hacia la mujer, con su atracción hacia ella. No es ése
atractivo el que tiene que figurar en primer plano, o toda su estructura
quedará confundida.
Acto seguido tienen
un rechazo a sentirse atraídos así y a provocar su atracción, y su propia
persona entra para sí mismos en infravaloración y a veces hasta desprecio.
No son los órganos
sexuales los que deben quedar como centro de la atracción. Aquello que debería
quedar cubierto porque recuerda la caída, recuerda cómo se rebajó la persona a
nivel de lo animal y material.
Lo que debe quedar
al descubierto, porque es fuente de atracción, es la bondad del alma. Eso es lo
que hace a la persona refulgente. Aunque sea una persona que la estética actual
daría como «fea».
Hermosa puede
quedar ante el otro si cuida su alma para el bien y la saca del pecado, para
introducirla y vivir en el Amor. ¡El hombre perdió tanto con la caída de Eva! El
hombre busca siempre, en todas las mujeres, a esa «Eva» que no está. Por eso es
más frecuente la infidelidad masculina. Añora a Eva. Perdió mucho. Pero aun si
tuviera todas las mujeres de la tierra, no la podría encontrar. Tan grande era
vuestra madre, la madre de la humanidad.
El hombre ha de
saber que su sed de Bondad no quedará nunca saciada en una criatura, sino en
Dios. Es el amor del hombre por Mí, lo que le hará ser pleno, y así no
confundirse intentando encontrar en la tierra su plenitud por medio de una
mujer. La mujer conduce a Dios, pero no es Dios.
Mira la tendencia
de la mujer a ponerse como centro. Y mira la necesidad de atraer a los hombres
y a dejarlos en sí. Este fue el pecado de Eva. Dejó a los hombres en sí, sin
remitirlos a Dios. Quiso ser dios para ellos. Y el hombre la odió por eso. Posteriormente
ambos se arrepintieron, pero ese germen del pecado, queda en todos.
Digamos que el
Poder de la mujer de conducir al hombre, Eva lo empleó en destruirlo. Destruyó
todo lo bueno. Y ambos lloraron. No conocían lo que era el lloro. Ni las lágrimas,
ni el dolor. Lo experimentaron para purgar sus culpas.
Pero Adán fue fiel
a Eva. Sí. Pero siempre añoró a la Eva inicial. En las generaciones
posteriores, se olvidó la primera pareja, y vinieron las infidelidades.
Es por eso que los
apóstoles, cuando Jesús les habló de la fidelidad a una sola mujer en el
matrimonio, dijeron: «entonces no trae cuenta casarse»58.
¿Y el celibato?
En
un hombre virgen y célibe, si su alma permanece en unión íntima con Dios,
olvida las concupiscencias de la carne y le es más sencillo la fidelidad.
Es en un hombre
casado, al estar despierto su instinto sexual, cómo no es saciado con nada y lo
busca en otras mujeres. Todas las mujeres que le resultan hermosas, las haría
suyas.
¡Jesús! pero hay
hombres fieles. Sí los hay. Los que permanecen muy unidos a Mí. Si el hombre olvida
a Dios, rápidamente será infiel. Lo que los hombres no saben es que les es más
sencillo ser célibes que ser fieles a una sola mujer. Pero hay una forma de ser
casto en el matrimonio.
Sí: buscad la
castidad.
No todo en una
mujer le está permitido al hombre por el mero hecho de ser su mujer. Si queréis
comportaros así, asistiréis pronto a la ruina de vuestro matrimonio. El amor
que no rebaja al otro a pura animalidad. El amor que piensa en el otro. Las imágenes
pornográficas ensucian la mente del que mira y le incapacitan para mirar a la
mujer con ojos limpios. Y menos su mujer. En ella estará viendo siempre a todas
las posibles esposas con las que se ha acostado en su mente.
Mujeres:
deberíais negaros a un juego tal. Si es que queréis
conservar vuestra
dignidad. Si os parece que nada valéis, poneos a la altura del suelo. Pero será
porque vosotras lo queráis, no porque Yo lo he querido ni porque Yo os haya
reducido a eso. Conoced vuestra naturaleza. Conoced la del hombre. La del
hombre siempre tenderá a encontrar a la Eva que vio en un principio. Y si
vosotras no le recordáis a Eva, la buscará en otro lado.
¿Cómo
recordarle a Eva?
Por vuestra parte, siempre poned en
un primer plano que sois espíritu antes que carne. En todo. Y que su labor es
haceros felices y dichosas. Amaos. No dejaos desdeñar ni pisar. No caigáis en
la tentación de atarles con lazos carnales. Esos, pronto se pudrirán. Durarán
sólo lo que duran vuestros encantos juveniles.
¿Pensáis que siempre habéis de ser jóvenes?
¿No?
¿Entonces?
Atad con lazos espirituales, que son los que perduran. Os conjuro:
aquellas que sois llamadas a un matrimonio católico, jamás lo hagáis con nadie
que no esté dispuesto a llevarlo a cabo. O buscaos vuestra ruina, si no.
¡No elijáis
desatinadamente! La atracción sexual que pueden sentir por vosotras, en la
mayoría de los casos, no es reflejo de su amor por vosotras.
55 Cfr. Gn 2,23. 56 Adán. 57 Eva. 58 Cfr. Mt
19,10.
JESÚS (29-05-2011):
Hija mía: cuando Dios envió a Jesucristo,
volvió a instaurar el matrimonio «como al principio»
Ahora nadie puede decir que no puede vivir la
unión que vivían Adán y Eva. La unión esponsal de Adán y Eva era, sobre todo,
conmigo.
(La expresión) «Seréis como Dioses», también
se refiere a esta relación de esposos, que quedó reducida a sólo entre ellos,
sin Dios. Este es el pecado en el matrimonio. Endiosar al otro y hacerse dios
cada uno para el otro. Pero ahora, nadie puede decir que no tiene todas las
fuerzas para lograrla.
59 Cfr. Mt 19,1-12; Mc 10,1-12. 61 60 Cfr. Gn
3,5.
JESÚS: 31-05-2011
Apunta, hija. No quieras comprender todo lo
que voy a decirte, de lleno. La comprensión vendrá mientras te lo voy explicando.
Paso por paso. (Lo dice porque se me agolpa en la mente, y quiero seguir el
sentido, sin apuntar todavía, a ver a dónde llega) Te decía que Eva fue para
Adán un regalo. Y la plenitud de Eva, consistió en hacer pleno a Adán.
Así, en forma de la pareja humana, quedaba
mejor plasmado el Amor de Dios por el hombre y la esencia del Amor de Dios.
Llamados a dar vida. A engendrar un tercero. Como reflejo de la
Trinidad.
El tercero no se engendró hasta después del
pecado. Y nació viciado. Como viciado había sido su engendrar. El cuerpo
humano, en armonía con el alma, eran todo un uno. También habían de dar vida en
un abrazo de unión. Había música en el Paraíso. Música de mis Ángeles. Y
bailes. De Eva con Adán y de ambos conmigo. En esa unión, Yo participaba y Yo
engendraba la vida. Pero quisieron excluir a Dios de su acto esponsal de dar
vida. Podían hacerlo (pensaron) como los animales (lo hacían). Al fin y al
cabo, ellos tenían cuerpo, como los animales. Yo infundía la vida, no en todos
sus abrazos de unión, sino sólo en los que mi Voluntad quisiera. Ellos pensaron
que podían distribuir a su antojo cuándo tener niños. Observaban a los
animales.
Adán: el Amado. Eva: la Amada. Por Dios. Eran
el Amado y la Amada por Dios. Toda la Creación a su servicio. Y los Ángeles a
sus pies. Les servían con dignidad. Eran el centro de la Creación.
«Seréis como dioses». «Os ha mentido Dios: no
moriréis, seréis como dioses».
Ya eran como dioses. Ellos eran conscientes de
su alta dignidad en el orden de la Creación. Pero no tenían la capacidad de
infundir vida. Se preparaba la especie, para ser perpetuada en el primer hombre
nacido de esa unión.
Toda la Creación estaba expectante. Llegaría
el día que Dios dispusiera. Y a partir de ahí, Dios determinaría cuándo debía
nacer un nuevo ser.
Pero ellos no quisieron dar a Dios ese poder
sobre sus vidas. Les había hecho libres. Y podían decir que no.
La tentación fue como sigue: Eva fue tentada
en cuanto al cuerpo.
«Eva, ¿por qué sometes tu voluntad a Dios,
teniendo el poder, como tienes, de hacer lo que quieras con la Creación? Tu
marido, Adán, está prendado de ti. Eres la Reina de toda esta Creación, de todo
lo que ves. El destino de las naciones está bajo tu mano. Adán hará lo que tú
digas. ¿Por qué supeditar a Dios la vida? ¿Por qué darla cuando Él diga? Puedes
engendrar sin necesidad de Dios, y yo te enseñaré cómo. Si tú quieres.»62
Y el Demonio, fornicó con Eva. Así como los
hombres tenían trato con los Ángeles. Hombre trataba con Ángel. Pero no cuerpo
a cuerpo. Sólo con el alma. El Demonio habló con Eva en el alma. Ella le
escuchó y dialogó con él. Quiso asegurarse de que nada malo le iba a pasar. Ni
a ella ni a Adán, ni al hijo de sus entrañas. Y el Demonio dijo: sí, «nada
malo. Sólo que sabréis más que El (Dios)»63
«El Señor tiene miedo de que, creciendo (en
número) os hagáis dueños de todo esto. Por eso os prohibió comer. Mira los
animales: comen. Ellos gozan. Vosotros no. No sabéis lo que es gozar en el
cuerpo. El cuerpo que Dios os ha dado, lo tiene atado a Él. No os ha dejado la
libertad ahí. (Prohibiéndoos comer de aquí). Lo mismo que podéis hacer lo que
queráis con vuestra alma, podéis hacer lo que queráis con vuestro cuerpo».
Tenéis que saber que el Demonio no tentó a Eva
en un descuido de Dios, sino que estaba en los planes de Dios. Había un lugar
físico, prohibido para ellos: El lugar de la tentación. Donde serían tentados. El lugar
donde escucharían al Tentador. Y era un árbol del jardín del Edén. El único
sitio donde Dios había dejado aparecer al Malo: «Si ellos se acercan aquí,
podrás hablar con ellos. Serán puestos a prueba. Te dejo hacerlo.» Y no
superaron la caída. Podía haber habido muchas fases en esta caída. Eva las
rebasó todas.
61 Cfr. Ibid. 62 También explican el pecado
original de esta forma San Juan Crisóstomo, San Basilio, San Gregorio Niseno,
San Atanasio, San Juan Damasceno, San Jerónimo, Anastasio Sinaíta, etc.. Lo
confirman las revelaciones místicas hechas a Santa Brígida, Santa Gertrudis,
Santa Mectildis, etc. También se narra detalladamente en «El Poema del Hombre-
Dios», de María Valtorta (Volumen 1°, cap. 17: «La desobediencia de Eva y la
obediencia de María»). 63 Cfr. Gn 3,5. 64 Llegó hasta el final.
JESÚS: (01-06-2011)
Amada Marga:
ven, dame de beber . Necesito
que seas portadora de esta verdad, ahora revelada con más profundidad. Como
dice el Evangelio de hoy: «El Espíritu os lo irá revelando».
A ti te tienta de la misma forma la Serpiente.
Igual que a Eva, les tienta; a todas las mujeres de la historia. El pecado de
la mujer actualmente es mayor. Ha ahondado en la profundidad de aquella caída.
El pecado actual, tiene en aquella caída sólo el germen. Ha ido creciendo
progresivamente en iniquidad.
El culmen ahora es que la propia madre se ha
convertido en asesina de su hijo en su seno. Tanto cree que tiene sobre sí el
poder de decidir sobre la vida, que aun habiéndola donado Dios, ella la
destruye. Te he elegido entre el común de los mortales. No eres ni más, ni
menos que ellas. Eres mi preferida. Pero no por tus méritos. Por tus méritos,
serías una meretriz, como tú muy bien dices. Sí.
¿Meretriz? ¿Como todas las mujeres?
Sí, amada.
Jesús mío: comienzas a ser demasiado impopular
con estos Mensajes.
Se te van a echar encima las mujeres. No está
de moda que nos llames eso.
Y sin embargo eso sois cuando os dejáis llevar
de la Serpiente. Eso es lo que ella busca en vosotras. Echa una ojeada a afuera
y observa a las mujeres de la tierra.
¿Qué parecen, hija mía?
Meretrices. Tienes razón, Jesús mío.
Y la Serpiente ríe contenta. Lo ha conseguido.
ObservaLa. Mira a mi Madre. ObservaLa. MíraLa venir, radiante, con la luna bajo
sus pies.
¿Qué parece, hija mía?
Eva. La Nueva Eva. Qué Hermosa, Jesús mío,
Hermosa en cuerpo y alma. ¡Qué pérdida más grande para la humanidad, la pérdida
de Eva! Sed pulcras. Sed cuidadosas. Pensad que el ojo del hombre se halla
corrompido por el pecado. Y ya no mira a la mujer con ojos limpios. Imposible
para él. Todo, en ella, le recordará a lo corrompido que ve por ahí. Y por eso,
hoy día, hay que extremar, si cabe más, los cuidados sobre el pudor, que antes.
Si queréis que os miren dignas.
Hay mucho pecado y hediondez, hija. Al hombre
le resultará imposible hablar con vosotras sin poner atención en lo que enseñáis,
si lo enseñáis «a pública subasta», para que se quede con ello el mejor postor.
Y ante él, seréis simplemente eso: una prostituta. La prostituta lo es en hecho
y en mente. Si se ha gozado sobre ella de facto o de pensamiento simplemente.
Jesús mío: se ha caído tanto aquí, que se le
quitan a uno las ganas de casarse. Con todo esto que dices.
¿Cómo es posible la
castidad, el matrimonio y las relaciones entre hombres y mujeres?
Sin mi Gracia: imposible . Y hoy día: más.
Más importante y más necesaria. Tomadla, pues se os regala.
Tomadla: en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Es falso esto que enseñan en algunos Cursillos
de novios o de matrimonios, en los que, por parte de miembros de la Iglesia
Católica, se os dice que la mujer siempre tiene que considerarse «sexi» para su
marido, y atrayente. O, si no, se irá tras otra. Una mujer, no puede competir
con todos los encantos sexuales de todas las demás mujeres que se le plantean
al hombre por ahí. Piensa, hija, que hoy en día están «a pública subasta»,
vendidas al mejor postor. El que más puje sobre ellas, con ése se irán. Si le
enseñas a tu marido que una mujer es sexo, como sexo tratará a todas con las
que se encuentre, y a la propia primero.
Los adornos y la hermosura de la mujer para su
marido, no son de la concupiscencia de la carne, lo son de la belleza del
espíritu. ¡Negaos a un juego tal! Sí, tu marido te hará caso. Y a todas las
demás, también. Y con los años, siempre aparecerá otra más joven. Hasta que él
mismo se vea y considere añejo. ¡Asco y podredumbre de hombres añejos, podridos
por el vicio en sus años jóvenes! Cómo odian a la mujer por eso. Por ellas, se
han visto reducidos así.
¿Y ahora que no tienes potencia viril?
Ahora: ¿quién te ama, hijo? ¿Para qué sirves?
Para apartar el rostro, asqueados, de ti. Las que antes te sonreían,
ahora te asquean. ¿Y la mujer de tu juventud? ¿Dónde está? Esa mujer, no volverá. Es ahora tu meretriz, sobre la que tú
también te asqueas.
¿Qué hay de vuestro amor enfocado
según Dios?
Hijo, si no te excitan las mujeres. ¿Para qué sirves? eso se
ha pasado y, qué me traes ahora, al final de tus días: ¿una lista imparable de
meretrices que te causaron placer? Un placer que no volverá. Se irá a la tumba
contigo. Y con él, tú alma para siempre.
Si queréis ayudar al hombre: vestíos
dignamente. Si el hombre fuera puro, no tendría ningún movimiento de
concupiscencia ante vosotras. Pero pensad que hasta hacéis caer a vuestros
propios hijos. Extremad el pudor.
Es falso eso que tú has escuchado de otros maestros
católicos: que cuando Adán dijo: «Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de
mi carne», fue lo mismo que si dijera: «¡Qué buena está!». ¡Falso! ¡Maestros
falsos! ¡Falsos profetas!
¿Desde cuándo una mujer es para saciar vuestro apetito de bestias?
¿No habéis oído, hijos, que «en el
principio, no fue así»?
Y si estáis en mi Iglesia: ¿no
lo estáis para seguir la Verdad?
El Demonio le dijo a Eva: «Come, y te haré
poderosa». «Tu cuerpo tiene un poder que Dios ha querido ocultarte, para que no
te hagas como Él».
Largo rato conversó la Serpiente con Eva, y
aduló sus oídos, entregándose, por fin, a ella68. Y, borracha como lo estaba
del fruto del árbol prohibido, fue a buscar a Adán, para culminarlo con él.
Ella se arrepintió de entregarse a la Serpiente, y pensó que debía entregarse
así, a su marido.
Adán percibió algo raro, pero era nuevo ese
despertar de los sentidos, y Eva le persuadía de que nada malo iba a pasar, que
así «serían como dioses», teniendo el poder en su cuerpo de dar vida y determinarlo
a espaldas de Dios. Que a ella le había sido conferido un poder diferente
ahora. Era otro paso por el que debían pasar, para que pudieran dominar el
mundo juntos, con mayor perfección.
A Dios no le importaría, porque les ama. Dios
estaría de acuerdo. Ellos se habían hecho adultos, habían avanzado, dentro de
los dones que El les había dado y según su capacidad intelectual y la capacidad
de su alma. Elegían eso. - «Pero está prohibido comer», le contestó Adán.
- «¡No! Sí se puede. Yo lo he hecho. Toma y
prueba. Está delicioso. Yo siento ahora en mí algo que nunca antes había
sentido.
La dicha de nuestra unión, será ahora más
plena, sin Dios delante. Tú y yo solos, Adán. El hombre, y la mujer. Lo único
que Dios nos ha prevenido, por si no sabemos usar esto y nos hace mal. Pero no
hace mal, Adán, yo lo he probado, y me siento nueva».
- «¿Te gusta, Eva?»
- «Sí»
- «¿Tú crees que será bueno para mí?»
- «Sí»
- «Puesto que tú eres mi compañera, y Dios te
ha dado para hacerme el bien, nada malo puedes darme. Acepto. Dame, y comeré».
En cuanto Adán probó, supo que no era bueno lo
a él ofrecido, sino malo, porque su estado se vio reducido inmediatamente al de
un animal, que, abalanzándose sobre Eva, la deshonró, manchándose ambos con las
impurezas de la carne. Ambos se odiaron: el uno por persuadir al otro, y el
otro por haber sido deshonrado por él. Se reprocharon ambos la caída69. Y
andaban separados, escondidos de Dios en el jardín del Edén.
Escondidos de las criaturas, del reino animal.
Habían descendido tan bajo como ellos, como
las fieras a las que estaban llamados a dominar. Ahora, si les vieran así, toda
la Creación se sublevaría contra ellos. La
decadencia y degradación en el cuerpo humano y en las especies, vino progresivamente. Hubo hombres
que se degradaron tanto, incluso en su físico, que terminaron parecidos a los
monos.
Para extinguirse.
Hubo hombres que quisieron seguir fieles a
Dios, luchando por superar la caída. Dios los buscaba.
¿Sabéis las mujeres cuándo recuperáis
esa belleza y esa alegría?
Cuando estáis en Mí.
Mira el resplandor de todas mis consagradas. Y
podrás ver la belleza femenina.
¡Dios mío! pero, ¿y las que no
somos consagradas?
Vivid como si lo fuerais. Vivid para el
Esposo, para poder donaros verdaderamente a vuestro esposo, y así hacerle
dichoso.
La mujer, actualmente, vive en una esclavitud
de la belleza:
«Si me tiñera el pelo, sería más bella», «y si me comprara tal cosa», «si consiguiera adelgazar, gustaría a los hombres, se fijarían en mí», «y sí... y si...» Pero su belleza no está en eso. Tienen eso, y luego siempre necesitarán más.
«Si me tiñera el pelo, sería más bella», «y si me comprara tal cosa», «si consiguiera adelgazar, gustaría a los hombres, se fijarían en mí», «y sí... y si...» Pero su belleza no está en eso. Tienen eso, y luego siempre necesitarán más.
Jesús, planteas esto como una relación
imposible entre hombre y mujer, según Dios, en nuestros días.
Es que la belleza de la mujer no radica en lo
físico, sino en el alma. Dame un alma bella, y te daré un cuerpo bello.
Redundará en el cuerpo.
Por eso: falsos profetas del matrimonio, los
que predican que atéis a los hombres con lazos carnales, relativos a la
concupiscencia de la carne. Predicar que ahondéis en la ruina del matrimonio no
es salvarlo.
Podéis adulterar sobre vuestra mujer, siempre
que la miréis con ojos libidinosos. Aunque sea vuestra mujer, no os es lícito
abusar de ella ni con el pensamiento. No se librará ni uno sólo.
¿Y ellas?
Tampoco.
No es cierto: hay matrimonios tales. Tú
conoces unos cuantos. Son los matrimonios que viven su estado según Dios. Son
los que viven en Gracia y frecuentan los Sacramentos. Son los que Yo he pasado
a formar parte de esa unión. Son los que me han puesto a Mí como centro.
Son, para los que Yo Soy el Esposo. Soy el
Amigo. Son los matrimonios del trato constante y personal conmigo.
¿Queréis saber cuál es el gozo del
cuerpo?
Sentid antes el gozo del espíritu. Realmente,
Jesús, el matrimonio es precioso.
Las enseñanzas de la Iglesia de todos los
tiempos no están tan desacertadas como algunos creéis para los tiempos
actuales. Todo lo relativo al pudor y a la forma de vestir de la mujer. Lo
relativo al trato femenino y masculino. Las prevenciones que se tomaban... Hacían
más fácil estar a cada uno en su sitio.
La Iglesia nunca ha dicho que la sexualidad
sea mala. Sólo es malo para el hombre la sexualidad mal enfocada. Trato carnal
que se olvida de que somos cuerpo y alma.
El acto conyugal es querido por Dios. Pero un
acto en el que se puede poner a Dios en medio. Un acto digno de la persona
humana. Adán y Eva, al arrepentirse, buscaron volver a poner a Dios como centro
de esa unión.
Mujeres: Vestíos,
para ayudar a los hombres a reencontrarse con vosotras.
(Pienso en culturas como los indios o
negritos, en las que las mujeres van desnudas)
Y piensa qué cosa sea la mujer para ellos.
Precisamente, van desnudas, porque la mujer no es nada para ellos. Piensa en el
concubinato que tienen y en cómo las abandonan. Piensa en cómo trabajan para
ellos, cómo las tienen en sus esclavas. Piensa cómo no se deben nada a ellas,
cómo son utilizadas sólo para gozar.
Es en el pueblo elegido y posteriormente en el
cristianismo, donde Jesús vino a realzar la dignidad de la mujer. Y a
devolverle su papel inicial.
La mujer, puede creer que conquista a un
hombre por los sentidos. El hombre puede dejar todo lo demás, atraído por ella.
Pero cuando ya la ha gozado en todo lo posible, rápidamente la olvida y se irá
tras otros encantos. No significa nada que un hombre sea atraído por vosotras
por medio de esos encantos. No os ama por eso. Simplemente: os goza.
64 Llegó hasta el final 64 Cfr. Jn 4,7. 65
Cfr. Jn 16,13. 67 Cfr. Mt 19,10-12. 68 Eva
se entregó a la Serpiente. 69 Cfr. Gn 3,12.
Hombre y mujer, llamados a una íntima unión entre ellos, llamados a una con su
Creador. profunda unión
JESÚS: (13.10.2011)
Por envidia del Demonio entró el pecado en el
mundo129. Cuando el Demonio tentó a Eva, quiso romper el Plan de Dios sobre el
Hombre, que sería que Dios sería engendrado de una criatura. Que Dios se haría
Hombre. Por medio de una mujer, sin mediación de varón.
Quiso quebrar el Plan de Dios sobre el hombre.
Quiso tentar a Eva, para destruir a Eva.
El Demonio pensaba que Dios, descontento y
enojado con la humanidad tras la caída de Eva, la mujer de cuya descendencia nacería
el Mesías, quebraría y destruiría su Plan, condenando para siempre a la humanidad,
como condenado estaba él. Pero Dios no la condenó, sino que le prometió un
Salvador130. Le prometió, que Aquel a quien servirían las naciones, sería también
su Salvador. El Redentor del pecado. Y en lugar de condenar al hombre, condenó
a su Hijo. La única forma de resarcir esa culpa. Por medio del Sacrificio del
mismo Dios. Qué envidia, qué retorcimiento de dolor y de rabia: « ¡¿ Por qué a ellos?!»
Y creció aún más en su odio por Dios y por el hombre.
Lanzándose a perseguir para siempre a su
estirpe, con toda suestirpe.
El odio del Demonio sobre «a los que ama
Dios»131, es atroz. Y tengo que deciros que crece día a día, desde aquel día.
Envidia, envidia, envidia del hombre. El inocula en vosotros también la envidia
de los unos por los otros.
129 Cfr. Sb 2,24. 130 Cfr. Gn 3,15. 131 Cfr.
Rm 8,28.
JESÚS: (14-10-2011)
Camináis por sendas equivocadas, en mi
Iglesia. No habéis descubierto todavía cuál es la grandeza de la castidad en la
vocación al matrimonio, a la que habéis sido llamados. A menudo, «expertos» en
el tema, os confunden. Os dan cursos y más cursos y consejos y más consejos, llenos,
como ellos lo están, de concupiscencia.
Ha habido matrimonios castos en mi Iglesia. A
éstos, se les nota en la cara.
¿Dices que la falta de castidad se
trasluce al exterior?
Sí. Con una persona casta, el hombre132 está a
gusto. Son esas personas alegres, sin estridencias, que reflejan y transmiten
la paz.
Esos son los que os tienen que hablar de las
bondades del matrimonio. Y no otros.
¡Os insto! hijos, os insto a abandonar las
cátedras desde donde predicáis mentiras y podredumbre de vida. Os habéis
instalado en ellas y hacéis caminar a mi pueblo por los caminos de perdición. Predicáis
que Dios, quiso el deseo, lleno de concupiscencia, para la relación entre los
esposos. ¡Eso no es cierto!
«El sexo fue querido por Dios».
No
fue así. El sexo no fue querido por Dios.
¡Buenooo! Esto es una bomba. Ahora sí que me
van a lapidar.
En una sociedad sexualizada, decir esto casi
es como negar la condición del hombre.
Para algunos, sexo es igual a hombre134. Decir
hombre, es decir sexo. Sin el sexo no tiene sentido la vida de muchos. Y sin
embargo, en el principio, no fue así135. En el principio no existían las
relaciones sexuales.
Aprended y meditad qué quería decir: «Y se
unirá a su mujer, y serán los dos una sola carne136.» «Esta sí que es hueso de
mis huesos y carne de mi carne137.» Es mi complemento. Es otra yo. Soy yo en
ella y ella en mí.
No había unión en la carne y unión en las
almas, sino todo en uno. Y sin embargo, con dos espíritus diferentes. Capaces
de decir Sí o No a Dios de manera separada. Que se ayudaron e impulsaron a caer,
se dañaron mutuamente y mutuamente se odiaron.
En esto consistió la caída. Pero Yo os liberé.
Vine a rescataros. Fueron condenados a generar como los animales, para siempre.
Pero en el principio, no fue así. Dios redimió esa condición de su naturaleza
caída. Pero no se podía restaurar a la forma primigenia. Ellos rompieron su
Alianza. Voluntariamente. Y en esto138, no hubo vuelta a atrás.
Sí lo hubo en su separación de Dios, gracias a
su arrepentimiento. Pero el Cielo permaneció cerrado hasta Jesucristo. Meditad
en esto, vosotros, que tenéis tanta ansiedad con respecto a las promesas.
Meditad el tiempo que estuvieron Adán y Eva, Abraham... en el seno de los Justos esperando
la Resurrección (de Jesús). Dime, si a muchos les quitas el impulso sexual de
su amor, qué queda. Para muchos, fuera de eso, no hay nada entre el hombre y la
mujer. Mirad sus caras de tristeza, desamor y desengaño. ¿Son acaso felices? No lo son. Porque
ésa no es la verdad sobre el hombre.
También es falso que sólo se puede vivir el
sexo en el matrimonio a base de insatisfacción. No os satisface, porque no es
por ahí por donde va la plenitud humana.
¿Qué matrimonios, Jesús, lo harán
bien?
Jesús:
Tú no debes permitir que, por más tiempo, llevemos a los jóvenes cristianos a una mentira sobre el matrimonio. No. No lo voy a permitir por más. Para eso estás tú. Para eso te he enviado a ti. Si lo sé, no hablo. Pero estás aquí. Y estás apuntando. Sigue, amada.
Tú no debes permitir que, por más tiempo, llevemos a los jóvenes cristianos a una mentira sobre el matrimonio. No. No lo voy a permitir por más. Para eso estás tú. Para eso te he enviado a ti. Si lo sé, no hablo. Pero estás aquí. Y estás apuntando. Sigue, amada.
(Entiendo cómo era. Jesús me hace compararlo.
Veo cómo es la generación ahora. Es una especie de convulsión, en la que cuesta
trabajo liberar la semilla de la vida y en la que, en un aspecto u otro, también
se sufre. Y veo el abrazo castísimo de Adán y Eva antes del pecado. Suave.
Envolvente. Físico y psíquico. Unión total. Sin apartados. Sin divergencias en cómo
es el hombre y cómo es la mujer.
En sexualidad se estudia su comportamiento
diferente, a la hora de llegar a la plenitud en el acto sexual. Pero esto no
fue así en el principio. Es una unión armónica. En la que lo masculino se
comunica a lo femenino y lo femenino a lo masculino en Dios. En su Espíritu
Santo. El Amor de la Trinidad es comunicado a los cónyuges. Y en él, se genera
el hijo. «Lo que habita en ti, viene del Espíritu Santo»139. Algo así como la
concepción Virginal de María. Pero de la unión entre un hombre y una mujer. No
entre la Virgen y Dios). Bueno, Jesús. Pero ahora generamos diferente.
¿Cómo hacerlo bien?
Cada uno debéis ver en el otro a un amigo. Si
uno de los dos falla, esto ya no se puede dar. Si uno de los dos desea con
deseos concupiscentes al otro, ya no puede tener lugar un matrimonio casto. Si
no logra meter al cónyuge en su rueda, será un calvario de sinsabores, uno
detrás de otro. Si los dos buscan la concupiscencia, será una relación de dominio tras dominio, hasta que el inicial
amor muere, para convertirse en odio y persecución. En procurarse mal tras mal.
Y en la época postrera, donde no queda nada de sexual en su vida: asco del
amor, hastío y desesperación de la vida en general. Imposibilidad de acercarse
con verdad a Dios. Ellos se imposibilitan de la amistad con su Creador.
Difícilmente Dios los logra sacar de ahí. Su vida, muy difícilmente puede
volverse a Él. Han acallado todas sus fuentes. Se han ahogado en la concupiscencia.
Ahogaron su fe y su amor. Su espíritu y su alma.
Jesús, ¡Jesús!, ¿por qué los hombres,
cuando prueban todas estas mentiras, por qué eso no les hace volverse
inmediatamente a Ti? ¿Qué les ciega?
Les ciega su pasión. El querer más y más
placer y siempre más. Y les ciegan los falsos doctores que, bajo capa de
sabiduría, a sus preguntas, les guían por el camino del mal. A esos doctores,
les seduce Satanás, para condenar a su pueblo. Jesús, cuando estoy rezando, me
parece cosa de locos el mundo, y cuando estoy en el mundo, me parece cosa de
locos esto.
¡Pues retírame de aquí!
¡No! Porque Yo he querido comunicarme a ti, y
no a una Carmelita de Clausura. Si a una Carmelita de Clausura le hubiera dicho
esto, todos pensarían: «claro, porque ella renunció al mundo. Por eso lo pone
así.»
Pero te he elegido a ti, que estás en el mundo
sin ser del mundo141. Para que todos crean. No eres monja, ni tienes trazas.
Pasas por las vicisitudes de todas las seglares de tu condición. Y sin embargo:
tratas cosas de Amor con el Amado. El Amado te lleva por los Caminos amplios y luminosos
de la Salvación. Para que lleves a otros.
Llamada al matrimonio y a la vocación maternal: habiendo sufrido «los dolores del parto»,
Llamada al matrimonio y a la vocación maternal: habiendo sufrido «los dolores del parto»,
penalidades económicas y
penalidades psicológicas. Y llamada a superarlas todas en la santidad de tu
vocación. Como cualquier cristiano. Y es que quiero que vean y entiendan por tu
medio, ¡que Yo les llamo a cualquier cristiano a todo esto! ¡Que esto no es
sólo y no corresponde sólo a una vocación consagrada, sino que esto es para
todos los mortales! Porque a todos os ha llamado Dios a uniros a Él. Y a todos
en grado excelso, porque en grado excelso os ama.
El hombre, en su condición de naturaleza
caída, tiende a ver a la mujer como un objeto. Alguien de quien aprovecharse. Y
a esta inclinación de su naturaleza, no le favorece en nada la erotización de
la sociedad, donde se presenta a la mujer como
alguien de quien aprovecharse para su propio beneficio, sin tener en cuenta
su condición de persona, única e irrepetible ante Dios, su dignidad de mujer y
su misión de «regalo». Un regalo al que hay que cuidad y respetar, proteger y
hacerle portador de la nueva vida que viene de ambos.
Un padre como figura-autoridad en el hogar.
Una referencia moral y personal. Un líder al que seguir. Alguien de quién
aprender. El hombre, olvida todo esto en cuanto «usa» a su regalo. La mujer
debéis de impedírselo. Debéis enseñarle.
Parece que la mujer tiene más dominado esto. Y
así es.
¿Por qué? Porque la mujer es «una ayuda para
el hombre”. Siguió conservando su condición de «ayudadora», y Dios se la
acopló a su nueva condición humana. Ayudaría al hombre a ir hacia Dios, así.
Ayudándole a liberarse de su concupiscencia. Me
imagino, Jesús, que estos matrimonios castos, vivieron la castidad en sus
relaciones de manera muy bonita. Sí: y se amaron y respetaron. ¡Oh...!
aprendiéramos de ellos! Dónde están. Cómo nos hablarían. Qué nos enseñarían.
Los hay: Belframe-Quattrocchi143, los padres
de Santa Teresita144, Fabiola y Balduino... Leedlos.
Oh, ¡qué bonito, Jesús!
¿Es posible el amor casto?
Sí lo es. En eso, deberíais imitar a Adán y
Eva.
(Incluso después de la caída, cuando se
arrepintieron)
Qué falsamente los pintáis, llenos de
concupiscencia. En adelante, su vida no tuvo nada que ver con la caída.
Deberíais aprender de ellos.
La humanidad podría estar ahora mismo
renovada. Sin embargo, qué bajo habéis caído y seguís cayendo. La Gracia del
Bautismo os da todo el bien que necesitáis para vencer al mal en vosotros
mismos. Sin embargo, elegís el camino del mal, y no del bien.
132 Hombre y mujer. 133 Esto se enseña. 134
Hombre = persona humana. Hombre y
mujer. 135 Cfr. Mt 19,8. 136 Cfr. Gn 2,24. 137
Cfr. Gn 2,23. 138 Sexualidad. 139 Cfr. Lc
1,35. 140 Cfr. 1 Co 1,18. 141 Cfr. Jn 15,19.
142 Cfr. Gn 2,18. 143 El matrimonio María
Corsini y Luigi Beltrame Quattrocchi fueron
beatificados por Juan Pablo II el 21 de octubre de
2001. 144 Louis Martin y Zélie Guerin, padres
de Santa Teresita de Lisieux, fueron
beatificados el 19 de octubre de 2008.
JESÚS: (15-10-2011)
El primer matrimonio santo fue Adán y Eva. El
«sexo» no es malo. Es mala la concupiscencia en el sexo. Pero no lo es en sí.
En la unión conyugal podríais hallar la
felicidad. ¿Qué pasa que no la hay? Porque no seguís el Plan de Dios sobre el
hombre. El hombre está dirigido a Él, y en Él halla la dicha. Una unión donde
el centro no sea Dios, donde el centro, en lugar de ser Dios, lo es el uno, el
otro o uno mismo, nunca llegará a su plenitud. Porque el que la planifica es
Dios. En Dios se hace plena.
Empezad, comenzad teniendo una profunda unión
con Dios145. El os enseñará cómo amaros. Cómo libraros del egoísmo y de las pasiones,
de vosotros mismos. Os enseñará a amar.
145 Cfr. Jn 15,4-17.
JESÚS: (16-10-2011)
A menudo os encontráis fuera de la realidad.
Pasad a mi Corazón, a ver cuál es la realidad de este mundo contemporáneo. No
hay nada más real que mi Corazón. Amada: entra en mi Paz, para poder ver.
Sí: no temas. Tu Hora se acerca. Mas no temas.
La vivirás conmigo. Conocerás cuál es el gozo de la Pasión. Yo te auguro, hija mía,
a vivir una Pasión en Consolación y Delicias. Por eso te he dicho que tu Cruz
es Dulce, y tu Martirio Delicado. A medida que te adentres más en mi Pasión,
podrás gozar más de la miel de la Resurrección. Cruz de miel. Martirio de Dicha.
SANTO MATRIMONIO. Papás de Santa Teresita
Hola a todos, soy Jackson de EE. UU. Me siento tan bendecido nuevamente en mi matrimonio después de que el Doctor Ogun trajo a mi esposa que se separó conmigo durante 9 meses. Aunque tengo bocas en todo mi cuerpo, no será suficiente agradecerle al Doctor Ogun por su ayuda en mi vida. Mi esposa se separó conmigo durante 9 meses y he estado sufriendo dolores y agonía sin ella. Entonces, busqué ayuda en todas partes, pero nada funcionó hasta que me referí al Doctor Ogun, a quien contacté en línea. Le expliqué mi situación y él prometió que mi esposa se comunicaría conmigo dentro de los 7 días, hasta el punto en que mi corazón aún late por ella. Creí en él y él preparó un hechizo para mí y mi esposa me llamó exactamente cuando dijo el doctor Ogun. Ella suplicó y dijo que me necesitaba de regreso y ahora estamos viviendo felices de nuevo durante los últimos 3 meses. Todos los que estén leyendo mi artículo que necesiten ayuda deben contactarlo. Correo electrónico. El doctor Ogun solutiontemple01@gmail.com o WhatsApp +15034898675 por ayuda es un hombre confiable
ResponderEliminarSi estás por ahí pasando por algo de esto
problemas enumerados a continuación, él también es perfecto
(1) Si quieres recuperar a tu ex.
(2) Si siempre tienes malos sueños.
(3) Desea ser promovido en su oficina.
(4) Quieres que las mujeres / hombres corran detrás de ti.
(5) Si quieres un hijo.
(6) Quieres ser rico.
(7) Quiere atar a su esposo / esposa para que sea suyo para siempre.
(8) Si necesita asistencia financiera.
(9) Cuidado de hierbas
(10) Ayuda para sacar a la gente de la cárcel
(11) Hechizos de matrimonio
(12) Hechizos milagrosos
(13) ENCANTO DE PROFECÍA
(14) Hechizos de atracción
(15) Eliminar hechizos de enfermedad
(16) ELECCIÓN DE HECHICOS GANADORES
(17) ÉXITO EN LOS EXAMENES
(18) Encanto para conseguir a quién amarte.
(19) Hechizo de negocios.
(20) Encuentra a tu familia perdida hace mucho tiempo.
(21) Hechizo para problemas familiares
(22) Problemas de casos judiciales
(23) quedar embarazada
Si necesita o desea información sobre hechizos de amor o dinero, puede resolver ese problema hoy en Ogun Spell Solution Temple.